En su libro sobre la independencia de Escocia titulado Road to referendum, el periodista Iain Macwhirter define el Partido Nacional Escocés (*SNP) como “el partido nacionalista de Europa con menos votantes nacionalistas”. La apreciación, que podría pecar de contradictoria y exagerada, no deja de tener bastante de cierto y ayuda a responder una pregunta clave: si el SNP tiene mayoría absoluta en el Parlamento de Escocia, por qué casi todas las encuestas dan una clara ventaja al no en el referéndum por la independencia del 18 de septiembre del año próximo? Alex Salmond, el Primer Ministro de Escocia, es consciente que el éxito de su partido en las elecciones de hace dos años se debe de, en parte, al desprestigio del Partido Laborista, un partido que en las últimas décadas había dominado sin problemas la política escocesa. En los últimos años la percepción popular que el laborismo se había agotado y ya no defendía con suficiente contundencia las políticas sociales hizo que, en los comicios del 2011, el SNP recogiera el voto de castigo al Partido Laborista Escocés. Por eso, una parte importante de los electores no votaron el SNP por el su proyecto independentista sinó por las políticas sociales que ha implementado desde su llegada al gobierno, en 2007.
Cuenta atrás // Salmond tiene tan sólo 333 días —los que faltan para la celebración del referéndum—, para seducir sus votantes no independentistas, y también los indecisos y los abstencionistas, y conseguir cambiar el sentido de unas encuestas que en general otorgan un 45% al sí y un 35% al no, con un 20% de indecisos. Por este motivo, ayer, en su intervención en el congreso anual del SNP, que se celebra en Perth, el primer ministro focalizó el discurso en las políticas sociales: “La independencia es esencial para mejorar la atención sanitaria y la educación, para hacer de Escocia un país más justo, el mejor lugar para vivir”, proclamó ante dos mil personas. Y, para vincular independencia y progreso social, quiso enumerar algunas de las principales medidas que se han aplicado en Escocia desde la reinstauración del Parlamento en 1999: “La descentralización ha permitido mejorar la atención a la gente mayor, blindar por ley la NHS [la sanidad pública] y promover un acceso a la educación basado en la habilidad de aprender y no en la capacidad de pagar”.”Si con un Parlamento y un Gobierno descentralizados hemos conseguido todo esto, ¿os imagináis qué podemos conseguir con la independencia?”, preguntó a un auditorio completamente entregado. Así, el primer ministro escocés se presentó como garantía de la preservación del estado del bienestar en Escocia frente a las privatizaciones que se promueven des del Reino Unido y las políticas neoliberales que se implementan en muchos países de Europa. Cuando acabe el congreso, todas las miradas estarán pendientes del White paper, la hoja de ruta del gobierno escocés que se presentará el 26 de noviembre.
Artículo publicado en el Diari Ara el 21/10/2013 // Foto: www.bbc.co.uk