“Los vientos soplan a nuestro favor”, proclamó ayer Nicola Sturgeon, la nueva líder del Partido Nacional Escocés (SNP). La euforia de los independentistas se notaba en el ambiente y se podía ver en las caras de los militantes que llenaban el auditorio del Palacio de Congresos de Perth, donde Sturgeon acababa de relevar Alex Salmond, hasta ahora al frente de la formación. Y el relevo ha llegado en un momento dulce para los nacionalistas. A pesar de la derrota del ‘sí’ en el referéndum para la independencia del 18 de septiembre —y la consiguiente dimisión de Alex Salmond—, el partido ha salido reforzado de la consulta. En tan sólo dos meses se ha más que triplicado el número de militantes, que ha pasado de poco más de 25.000 a 85.101. Y es que ante la falta de concreción de las promesas de descentralización que los partidos unionistas hicieron en el tramo final de la campaña del referéndum, el compromiso político de los escoceses con el proyecto independentista ha crecido. Los nacionalistas, incluso, lideran las encuestas de opinión en Escocia en las elecciones al Parlamento de Westminster del mes de mayo.
Precisament, uno de los objetivos de Sturgeon es demostrar que su partido está preparado para olvidar la derrota en la consulta y relanzar el proyecto soberanista. “Tenemos que mirar adelante como partido, como movimiento y como nación para asegurar que mejoramos la situación de la gente de nuestro país”, explicó en el congreso anual que ayer y hoy reúne las bases y la cúpula del SNP. Sin concretar plazos, se reafirmó en su apuesta para organizar un nuevo referéndum por la independencia a medio plazo: “Hoy creo con más fuerza que nunca que seremos independientes. Esto sólo pasará cuando haya una mayoría que lo vote en un nuevo referéndum. Ahora el reto no es imponer nuestros deseos, ni regañar las personas con quienes no estamos de acuerdo, sino persuadir el mayor número posible de ciudadanos con el argumento que la independencia es la mejor opción para el futuro de nuestro país”. De momento la primera prueba de fuego electoral de Nicola Sturgeon como líder del partido será en las elecciones al Parlamento de Westminster, para las cuales quedan poco más de seis meses. “Quiero un partido fuerte en Westminster y lo quiero porque, así, Escocia será más fuerte, nuestra voz se podrá sentir más alto en Londres y nuestros intereses estarán más garantizados. Tenemos mucho trabajo que hacer, porque en política no hay lugar para la autocomplacencia”, proclamó ante una audiencia que no dejaba de aplaudir.
Más poderes para Escocia?// Ahora bien, ni lo proyecto independentista ni las elecciones en el Parlamento de Westminster dejarán de banda el compromiso del Partido Nacional Escocés de presionar el Partido Conservador, los Laboristas y el Partido Liberal para que cumplan sus promesas de transferencia de nuevos poderes al Parlamento de Escocia. Nicola Sturgeon se puso ayer a disposición de la Comisión Smith, el grupo de trabajo transversal creado, precisamente, con el objetivo de planificar este proceso. Ayer por la tarde la nueva líder del partido aprovechó una de sus intervenciones para agradecer a Alex Salmond el trabajo que ha hecho en los últimos años. “Tenemos una gran deuda con la Alec [el nombre con que denominan Alex Salmond los más cercanos]. Durante casi veinte años ha sido mi mejor profesor, el mejor mentor político, un líder que ha llevado Escocia a tocar de la independencia”, explicó antes de pasarle el turno de palabra. En su discurso de despedida, Alex Salmond remarcó que “a pesar de la derrota, los últimos dos años Escocia ha vivido uno de los procesos democráticos más importantes de su historia política”. “Ganó el ‘no’ a la independencia, pero estoy convencido que pronto Escocia será una nación independiente. Si alguien pensaba que con el referéndum se había acabado nuestro sueño, le tenemos que decir que no se ha acabado nada. Perdimos la votación, pero ganamos nuevos retos”, añadió.
Entre los retos, destacó dos: llegar a la cifra de 100.000 militantes antes de las elecciones generales del mes de mayo y sumar los líderes de las plataformas civiles —como Women for Independence [Mujeres por la Independencia], Business for Scotland [Empresarios por Escocia] o el grupo de artistas National Collective— en el proyecto político del Partido Nacional Escocés. De este modo Alex Salmond se propone abrir y ampliar las bases del partido y capitalizar el potencial de los grupos que los últimos años han hecho campaña por el sí al referéndum de la independencia al margen de la política institucional. De hecho, si hasta ahora sólo podían ser candidatos por el SNP los militantes que tuvieran más de un año de antigüedad, ayer se aprobó una moción para cambiarlo y poder integrar nuevas personas en las listas de las próximas elecciones al Parlamento de Westminster. Estas fueron las dos últimas propuestas de Alex Salmond, que cerró su emotivo discurso de despedida con un tono épico: “La campaña y los sueños no morirán nunca”. Después de su relevo al frente del SNP, está previsto que el proceso culmine la semana que viene al Parlamento de Holyrood, a Edimburgh, donde Nicola Sturgeon será proclamada nueva primera ministra de Escocia. Y Alex *Salmond? Los últimos días ha apuntado la posibilidad de volver a los orígenes y presentarse de nuevo como candidato al Parlamento de Westminster, donde ocupó un escaño entre el 1987 y el 2010.
Nicola Sturgeo: la esperanza del sueño independentista. // Nicola Sturgeon dice que se implicó en política por Margaret Thatcher, la ex primera ministra británica: “Sus políticas neoliberales dejaron la economía de Escocia tocada. La gente se miraba la vida sin perspectivas por el aumento del paro y las desigualdades. Con sólo dieciséis años tuve claro que aquello sólo se podría solucionar con justicia social”. Le habría sido fácil ir al Partido Laborista, que hacía de contrapeso al poder conservador de la Dama de Hierro. Pero optó por el SNP porque “Escocia sólo podría prosperar con la independencia”. Los primeros años de militancia los compaginó con los estudios de derecho a la Universidad de Glasgow y el trabajo en un despacho de abogados. No fue hasta los 29 años -cuando fue elegida diputada en el nuevo Parlamento de Escocia- que se dedicó profesionalmente a la política. Se ganó la reputación de disciplinada y cuando el 2006 Alex Salmond le ofreció formar un tándem sólo necesitó 48 horas para decir un sí contundente. El partido ganó los comicios del 2007, Salmond fue elegido primer ministro y Sturgeon vice primera ministra. Desde entonces los dos han sido el centro de la vida política escocesa. Ahora, con 44 años, Nicola Sturgeon toma el relevo a quien ha sido durando casi veinte años su “maestro”. (Diari ARA, 14/09/2014). “Los vientos soplan a nuestro favor”, proclamó ayer Nicola Sturgeon, la nueva líder del Partido Nacional Escocés (SNP). La euforia de los independentistas se notaba en el ambiente y se podía ver en las caras de los militantes que llenaban el auditorio del Palacio de Congresos de Perth, donde Sturgeon acababa de relevar Alex Salmond, hasta ahora al frente de la formación. Y el relevo ha llegado en un momento dulce para los nacionalistas. A pesar de la derrota del ‘sí’ en el referéndum para la independencia del 18 de septiembre —y la consiguiente dimisión de Alex Salmond—, el partido ha salido reforzado de la consulta. En tan sólo dos meses se ha más que triplicado el número de militantes, que ha pasado de poco más de 25.000 a 85.101. Y es que ante la falta de concreción de las promesas de descentralización que los partidos unionistas hicieron en el tramo final de la campaña del referéndum, el compromiso político de los escoceses con el proyecto independentista ha crecido. Los nacionalistas, incluso, lideran las encuestas de opinión en Escocia en las elecciones al Parlamento de Westminster del mes de mayo.