La Royal High School es uno de los centros de educación secundaria más antiguos de Edimburgo. Fundado el 1128, fue la puerta de entrada en Escocia de las nuevas corrientes de pensamiento que a la época se empezaban a gestar en Europa. Hoy, casi novecientos años después, es un instituto público con más de mil alumnos nacidos en una sociedad que —a diferencia del siglo XII— muta a gran velocidad. Algunos de sus estudiantes no sólo son la primera generación inmersa plenamente en la era de internet y las redes sociales, sino también la más joven que podrá participar en el referéndum de independencia del próximo 18 de septiembre. Y es que en esta cita histórica con las urnas los jóvenes de 16 y 17 años también podrán votar y, por eso, este vez sí, el debate político también ha entrado en las aulas de los institutos.
“Este curso muchos institutos han introducido el análisis de la política escocesa y británica en sus clases, y de manera específica el proceso hacia el referéndum. Y no es fácil. Como profesores tenemos que ir en cuidado, tenemos que ser neutrales, explicar con igualdad de condiciones los argumentos de los unionistas y de los independentistas, y sobre todo dar las herramientas para que los alumnos puedan sacar sus propias conclusiones”, explica Gary Snedden, jefe del departamento de Estudios Modernos. “En esta asignatura hablamos de política local, de derechos humanos y sistemas políticos. Son temáticas muy vinculadas a la actualidad y, por lo tanto, no podíamos dejar de banda el debate sobre el referéndum escocés”, aclara.
Hasta ahora no se han hecho muchos estudios concretos sobre la intención de voto entre estos nuevos votantes. Sólo una encuesta impulsada el año pasado por el Economic and Social Research Council recogía la opinión de los jóvenes de entre 14 y 17 años. Un 60% de los votantes de esta franja estarían a favor del no, un 21% del sí y un 19% todavía no lo habrían decidido. “La semana pasada pregunté la intención del voto a mis alumnos y más de un 80% eran unionistas, el doble del que dicen las encuestas generales. Es cierto que esta escuela está en una zona residencial de clase mediana y los resultados no se pueden coger como modelo. Quizás en otros barrios más populares el apoyo del sí sería más alto”, asegura Gary Snedden.
De la encuesta del Economic and Social Research Council también se deduce que el 87% de los jóvenes de entre 14 y 17 años tiene intención de votar, un porcentaje que demuestra que, lejos de rechazar la participación política, los jóvenes escoceses quieren implicarse. “Me hace mucho ilusión poder votar por primera vez, los jóvenes nos tenemos que implicar en las decisiones que se toman en el país. Es cierto que entre mi generación hay cierta desafección, pero esto no quiere decir que no nos interese la política. Leemos diarios, miramos la tele, nos informamos en internet, hablamos con los padres y ahora también en la escuela”, explica Isla Cowan, una de las alumnas de Gary Snedden, de 17 años.“Todos estos jóvenes tienen múltiples plataformas de debate. La escuela es una más y es está bien que sea así, pero creo que su influencia está sobrevalorada. Pienso que, sobretodo, el entorno familiar los ayudará a decidir, pero esto no quiere decir que voten exactamente el mismo que sus padres. Están bastante preparados para tomar decisiones de manera independiente”, concluye el profesor. En todo caso, los jóvenes como la Isla, los que votarán por primera vez en el referéndum de septiembre, sólo representan el 3% del electorado, una cifra pequeña pero nada despreciable, sobre todo si se cumplen algunas previsiones que hablan de unos comicios ajustados. Sólo en este caso, el voto de los más jóvenes podría decantar el resultado. (Diari ARA, 29/03/2014)
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