En Cataluña, la conmemoración del 300 aniversario de la caída Barcelona del 1714, al final de la Guerra de Sucesión, está llena de connotaciones políticas. Y no es ninguna casualidad que la efeméride coincida con la convocatoria del referéndum por la independencia. Pero en Escocia —que votará sobre su futuro el próximo 18 de septiembre— casi nadie busca un trasfondo político en sus batallas ‘nacionales’. “A diferencia de Cataluña, aquí nadie nunca ha puesto en cuestión ni nuestra identidad, ni nuestros símbolos. Y quizás por eso, hoy no tenemos que recurrir a la historia para justificar nuestras decisiones”, argumenta Blair Jenkins, director de la plataforma independentista Yes Scotland.
Así, sin la épica ni el matiz político que nos podríamos imaginar desde Cataluña, este año Escocia conmemora el 700 aniversario de la Batalla de Bannockburn, que el junio de 1314 enfrentó el rey Robert de Bruce I con el ejército de Eduard II de Inglaterra en las afueras de la ciudad escocesa de Stirling. Los de Escocia se proclamaron vencedores y la lucha sirvió para acabar con casi treinta años de injerencias inglesas en los asuntos escoceses. Y es que el 1286, la muerte del rey Alexandre III de Escocia había dejado el Reino sin descendencia y desde entonces que los ingleses habían controlado con intermitencias y con más o menos eficacia sus vecinos del norte. Pero primero William Wallace y más tarde Robert de Bruce I se lo pusieron difícil y a Bannockburn, finalmente, los escoceses pudieron proclamar la plena independencia, a pesar de que a efectos prácticos no sería reconocida hasta el 1320.
Un museo en el mismo campo de batalla // 700 años después, el campo de batalla donde se enfrentaron los ejércitos de Escocia y Inglaterra es un extenso terreno plano, verde y desproveído de árboles, que limita con las calles de casas bajas de Bannockburn, un pueblo tranquilo situado dos millas al sur del castillo de Stirling. Y nada haría pensar que en este entorno plácido se decidió uno de los enfrentamientos más importantes de la historia medieval de Escocia, si no fuera por la escultura de bronce de Robert de Bruce I que se instaló a los años sesenta. Ahora, a una cincuentena de metros, se ha construido el nuevo Museo de la Batalla de Bunnockburn, un edificio pequeño y discreto —se confunde con el entorno— que ha abierto las puertas esta semana.
“Más que un museo, en realidad es una instalación tecnológica. Nos hubiera gustado poder exponer objetos y de hecho hicimos prospecciones arqueológicas para encontrar elementos de la época, pero más allá de algunas piezas de cerámica y puntas de flecha, no han aparecido restos que podamos exponer ”, explica Derek Alexander, arqueólogo y uno de los asesores del nuevo centro. “Ahora bien, el resultado de las prospecciones nos ha servido para delimitar el terreno del enfrentamiento, deducir elementos paisajísticos de la época y reconstruir con rigor y de manera virtual la batalla”, añade. A falta de objetos, pues, uno de los atractivos principales del centro es la pantalla de cine de casi 360º que permite disfrutar de una recreación del enfrentamiento con 3D. “Queríamos que los visitantes se sintieran espectadores directos de la historia y por eso, aunque sea de manera virtual, los situamos en medio de la lucha, entre caballos, arqueros y soldados que salen de la pantalla por todos lados, como si estuvieran en el mismo campo de batalla”, explica Scott McMaster, director del museo.
Y después de sumergirse en los ataques, los visitantes pueden poner en práctica sus habilidades en táctica militar en una de las salas adyacentes, donde una mesa circular digital recrea la orografía de la batalla. Cada uno de los jugadores dispuestos alrededor de la mesa comandará una tropa de soldados —ingleses o escoceses, según la asignación que decide uno de los técnicos del museo— y los tendrá que mover digitalmente sobre el terreno para ganar al enemigo y hacerse con el castillo de Stirling. Y quien al acabar tenga ganas de más realismo, siempre se puede esperar al último fin de semana de junio cuando, coincidiendo con la fecha exacta de la batalla, se ha organizado un festival de recreación histórica que permitirá moverse por campamentos de la época y entre soldados de carne y hueso. (Sapiens.cat 4/2/2014 // Photo1: Barcelona 1714 // Battle of Bannockburn Visitor Centre)
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