Desde la colina del coll del Moro, entre Gandesa y Batea, se dominan las llanuras interiores de la comarca de la Terra Alta, la depresión de Bot, Corbera, Gandesa, las Serres de Pàndols y Cavalls y el Massís del Port. No es extraño, pues, que el 1938 los mandos franquistas instalaran su observatorio aquí para diseñar los ataques de la Batalla de l’Ebre, en el marco de la Guerra Civil española. Pero la historia de este punto estratégico se remonta unos cuántos siglos atrás. Hace dos años, los arqueólogos de la Universitat de Barcelona y el Institut Català d’Arqueologia Clàssica trabajaban en la excavación del fortín romano que hay en lo alto de la colina, cuando desenterraron una pequeña trama urbana con un trujal del siglo III aC —el más antiguo de Cataluña— y antiguas estancias que conservaban abundantes huesos de uva.
Ahora, en la finca de Lo Grau, ubicada justo a los pies del yacimiento, se acaba de construir la nueva bodega de Herència Altés, una bodega que se ha impregnado de todos los valores que desprende el entorno: una tradición vitivinícola milenaria, la historia antigua y contemporánea y un paisaje todavía virgen que por suerte (!) ha quedado al margen de las grandes infraestructuras viarias, el urbanismo desmesurado y la masificación eólica. Pero a pesar de esta evocación a la historia más remota, la bodega Herència Altés es de nueva creación. El año 2010, Núria Altés y su marido Rafael De Haan —un inglés dedicado a la exportación de vino— decidieron comprar las uvas del padre de ella para hacer un vino de calidad que trajera el apellido de la familia. Tres años más tarde, el proyecto había incorporado al bagaje del viticultor Enric Sunyé, el enólogo Jaume Clua y del consultor francés Claude Gordo. Este equipo ha trabajado para experimentar con técnicas y materiales, para averiguar cuál es el mejor proceso de vinificació para trabajar con la garnatxa blanca, variedad insignia de la comarca
Los vinos de Herència Altés se elaboran respetando la tradición y la cultura del vino. Además de las viñas de herencia familiar, en 2013 adquirieron tres fincas más de viña vieja: Lo Grau, La Serra y la Xalamera. Dentro de la bodega trabajan en una superficie de 4.400 metros cuadrados —en gran parte subterránea— y con foudres de madera de 5.000 y 2500 litros, con la filosofía de crianzas, pero con el mínimo impacto de la madera. Vinos serenos y amables como L’Estel (garnatxa negra, syrah y carinyena), el Benufet (100% garnatxa blanca) o el monovarietal Garnatxa Peluda.
// Celler Herència Altés. Finca El Grau (Coll Del Moro), Gandesa. www.herenciaaltes.com. Visitas guiadas disponibles en catalán, castellano e inglés. Tel. 977 430 681 y 670 584 138 events@herenciaaltes.com Artículo publicado origináriament por Esther Benet i Oriol Gracià en la revista L’Estel (Abril 2018).