Los retratos de John Grant (padre), George Grant (hijo), George Grant (nieto) y George Grant (bisnieto) ocupan una de las paredes principales del centro de acogida de visitantes de la destilería de whisky Glenfarclas. Tanto cuadro no es casual: pretende dejar claro que en esta empresa el peso familiar cuenta, y mucho. De hecho, es una de las últimas destilerías de Escocia que continúa en manos de la saga fundadora. “Los últimos años las grandes multinacionales del licor han ido comprando las destilerías de Escocia. Nosotros no hemos querido entrar en el juego, y te aseguro que hemos recibido muchas ofertas. Pero desde que Glenfarclas se fundó, en 1836, siempre ha sido propiedad de la misma familia”, explica orgulloso George Grant, que es la sexta generación de la saga.
En esta llanura próxima al pueblecito de Ballindalloch, cerca de la montaña del Ben Rinnes, al norte de Escocia, una de las tradiciones escocesas más arraigadas resiste el embate de las dinámicas de la globalización empresarial. Glenfarclas, que significa valle verde en gaélico, se ha erigido como paradigma de la resistencia. “No todo el mundo quiere tomar un café en el Starbucks, ni comer una hamburguesa a McDonald’s. Con esto quiero decir que es perfectamente posible sobrevivir como empresa familiar. Y es que quizás como respuesta a la producción masiva en cadena, cada vez hay más gente que busca licores artesanales, bebidas muy singulares. Y si ofreces un producto de calidad, tarde o temprano siempre habrá alguien dispuesto a comprarlo, sólo hay que parar un poco de atención al marketing”, comenta George Grant.
A pesar de que la mayor parte de destilerías están en manos foráneas, para la economía escocesa el whisky es un negocio capital. Genera alrededor de 35.000 puestos de trabajo —directos e indirectos—, unos beneficios aproximados de 4.300 millones al año y es el tercer sector productivo más importante del país. “El negocio funciona, hay futuro y cada vez estamos presentes en más mercados internacionales. El problema es la incertidumbre política que vive Escocia en estos momentos”, afirma Grant. Muchas inversiones en el sector se han paralizado y los empresarios están pendientes del que pueda pasar en el referéndum de la próxima semana. “Tenemos que saber como se regularán las relaciones económicas con el resto del Reino Unido en caso de independencia, si formaremos parte de la Unión Europea o no. Son respuestas que de momento no tenemos y que pueden condicionar el futuro de nuestro negocio”, añade. El año 2000 George Grant empezó a trabajar a la empresa familiar —después de una estancia de cinco años en una destilería de Hong Kong—, y desde entonces el mercado del whisky ha evolucionado a un ritmo acelerado. “Hasta hace pocos años nuestro trabajo de promoción se centraba en países como Francia, España e Italia, junto con el resto del Reino Unido. Pero hoy en día nuestra atención está centrada en mercados como el Japón, la China, Rusia o algunos estados de Centroamérica. Es allá donde concentramos nuestro crecimiento de exportaciones. El 90% de nuestra producción se va fuera del Reino Unido”.
Al ser una empresa pequeña, Glenfarclas no distribuye directamente su whisky, sino que lo hace a través de empresas que tienen la sede en Inglaterra. “Además, el Reino Unido dispone de embajadas eficaces e influyentes en todo el mundo que ayudan a promocionar los productos británicos, entre ellos el whisky. Por todo ello hay muchos empresarios del sector reticentes a romper la unidad”, reconoce*Grant. Y para complicarlo todavía más, la permanencia dentro de la Unión Europea es incierta tanto para una eventual Escocia independiente como para el Reino Unido. Desde la creación de la Comunitat Económica Europea, a finales de los años cincuenta, el whisky escocés se ha beneficiado del comercio con países del continente. Por todo ello, Grant admite que está a la expectativa de lo que pueda pasar después del 18 de septiembre.Pero una cosa sí que tiene clara: “Hemos estado haciendo whisky durante casi 200 años y, tanto si Escocia es independiente cómo si no, seguro que continuamos el negocio cerca del Ben Rinnes. Es un rincón privilegiado, seguro que no nos moveremos”.
(Roger Cros / Oriol Gracià / Diari ARA). Otros perfiles de la série: “Bienvenidos a casa, convoy stoppers” – Escocia. Retratos (1) // “Gaélico escocés de ciencia-ficción” – Escocia. Retratos (2) // “Periodismo comprometido” — Escocia. Retratos (3) // “Más vikingos que celtas” – Escocia. Retratos (4) // Cura y asesor de Mel Gibson – Escocia. Retrats (5) // El último whisky escocés familiar – Escocia. Retratos (6)