La logística militar y la movilización de las tropas es clave en la planificación de cualquier conflicto bélico. Por eso, justo antes del inicio de la Segunda Guerra Mundial, el gobierno del Reino Unido mandó una carta a todos los jóvenes alistados al ejército británico con la siguiente pregunta: “Qué estación de tren tienes más cerca?” La respuesta de los jóvenes de las Shetland y las Orcadas, las islas situadas al extremo norte de Escocia, fue desconcertante. “Bergen, en Noruega”, contestaron. Es obvio que disponían de estaciones de ferrocarril más cerca de Escocia, pero la reacción de los jóvenes militares fue un síntoma claro de la proximidad geográfica, histórica, cultural y comercial que une los habitantes de estas tierras con los países escandinavos. De hecho, hasta el siglo XV, las Shetland y las Orcadas formaron parte de Noruega. “En estas islas somos más vikingos que celtas”, define de manera aclaratoria Alistair Gordon, concejal de Kirkwall, la capital de las Orcadas. “Cuando vamos a Edimburgo o Glasgow para hacer algún trámite, nosotros vamos a Escocia ”, añade medio en broma medio en serio. Y por eso mismo, en su jardín —a las afueras de Kirkwall—, no hay la bandera de Escocia ni la del Reino Unido, sino la Orkney flag, una enseña creada hace sólo ocho años y que puede confundir más de un visitante, porque si uno no se fija bien con el color amarillo de la cruz, es muy fácil de confundirla con la bandera de Noruega.
Alistair Gordon está a punto de jubilarse pero continúa muy activo. Trabajó de profesor en una escuela de primaria hasta que se implicó en política como miembro del Partido Liberal del Reino Unido. Hoy, es consejero regional de las islas Orcadas como político independiente.“En menos de cincuenta años, hemos pasado de ser unas islas casi desérticas donde sólo había ganaderos y bases militares de la Segunda Guerra Mundial a ser una zona económicamente fuerte. Cada año disponemos de doscientos millones de libras [251 millones de euros] provenientes de los impuestos que pagan los barcos petroleros que trabajan a los yacimientos que bordean nuestra costa”, comenta Gordon.
Un archipiélago de 200 islas // Si se tiene en cuenta que en las Orcadas viven poco más de 20.000 habitantes, la cifra no es nada despreciable. “De este dinero, sólo usamos los intereses que genera el fondo económico del petróleo. Tenemos suficiente para pagar los servicios públicos básicos, los hospitales, las escuelas y, muy importante, el transporte de los alumnos entre las casi doscientas islas que forman nuestro archipiélago; en muchos casos los escolares se tienen que desplazar en avión”, explica el consejero regional.De hecho, este mecanismo de financiación a partir de los intereses del petróleo es el que se aplica también en Noruega y el que quiere generalizar el gobierno de Escocia en caso de que después del referéndum del 18 de septiembre se declare la independencia.
En una de las paredes del comedor de la casa de Alistair Gordon destacan dos fotografías de principios de los años cincuenta. Aparece él, de pequeño, junto a la reina madre en una de sus últimas visitas oficiales como monarca. “Más allá de la monarquía y el ejército, nuestros vínculos culturales con Escocia son más bien difusos. Por eso, aquí, el debate sobre la independencia es muy complejo. Por el peso demográfico, nuestra influencia en las políticas que se puedan impulsar desde el gobierno de Escocia y del Reino Unido es poco significativa, y económicamente tenemos suficiente con el petróleo. No necesitamos que desde un gobierno, sea desde Londres o desde Edimburgo, nos digan lo que tenemos que hacer”, apunta. Por eso, sea cual sea el resultado del referéndum por la independencia escocés, en las islas del norte el debate político enlaza con las reivindicaciones de autonomía latentes desde hace años: “Yo votaré no a la independencia. Y creo que esta será la opción mayoritaria en nuestras islas. Rechazamos tanto el centralismo de Edimburgo como el de Londres. Nuestro objetivo es poder votar algún día el estatus de territorio libre asociado, como es el caso de la isla de Man o del Canal, que disponen de un alto grado de autonomía y sólo delegan algunas funciones al Reino Unido”, dice. Salvo todas las distancias, las Orcadas y las Shetland serían para Escocia lo que el Valle de Aran es para Cataluña.
(Roger Cros / Oriol Gracià / Diari ARA). Otros perfiles de la série: “Bienvenidos a casa, convoy stoppers” – Escocia. Retratos (1) // “Gaélico escocés de ciencia-ficción” – Escocia. Retratos (2) // “Periodismo comprometido” — Escocia. Retratos (3) // “Más vikingos que celtas” – Escocia. Retratos (4) // Cura y asesor de Mel Gibson – Escocia. Retrats (5) // El último whisky escocés familiar – Escocia. Retratos (6)